Con solo dos meses de vida, Lunar fue abandonado en la calle, dejado a su suerte en mitad de una colonia entre los coches .

Lunar no entendía por qué su hogar había desaparecido. Sentía miedo y frío, y sus maullidos continuos hicieron que se quedase ronco. Durante el día, se escondía entre los coches ,buscando refugio del resto de gatos que le pegaban y no le dejaban comer, de los perros y de los transeúntes que pasaban sin notar su presencia. Pero Lunar no se rendía y sabía que debía encontrar a alguien que lo ayudara.

Una noche, cuando el hambre y la soledad parecían insuperables, Lunar decidió salir y buscar ayuda, a cada persona que pasaba Lunar se acercaba tímidamente, esperando encontrar una mirada amable.

Y así fue como llegó a verlo la cuidadora de la colonia , quién no fue capaz de mirar a otro lado como otros muchos hasta ahora y lo rescató . Ahora Lunar forma parte del arca y busca una familia que lo quiera para siempre

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