Como cada año, la llegada del calor trae consigo un alto número de abandonos y, por ello, el SBA de Sadeco se vió desbordado y pidió ayuda. Nosotras no quisimos mirar hacia otro lado y abrimos un hueco para darles una oportunidad a quienes más la necesitaban. Así fue como Enzo y Enoki llegaron a nuestras manos.

Enoki, una cachorrona risueña y patilarga, encontró pronto una familia que la llenó de cariño y juegos. Enzo, en cambio, sigue esperando su momento. Tras pasar dos largos años en una jaula, este perrito bueno y sociable solo quiere amor, compañía y un rincón donde descansar tranquilo. Es cariñoso, noble y sensible; de esos perros que se ganan tu corazón con una mirada.

Ahora Enzo vive con nosotras, rodeado de cuidados, pero su sueño sigue siendo el mismo: encontrar un hogar donde nunca más vuelva a sentirse solo. Lleva demasiado tiempo esperando y se merece, más que nadie, descubrir lo que es tener una familia de verdad.
¿Nos ayudas a cumplir su sueño?