En una pequeña colonia felina, Óscar aprendió a sobrevivir con paciencia y bondad. Su vida transcurría entre otros gatos y el vaivén del día a día, pero, a diferencia de muchos, él siempre tuvo algo distinto en la mirada: confianza. Mientras los demás se mantenían a distancia, Óscar se acercaba, buscando una caricia, un gesto amable, un poco de compañía.

Hoy, este guapísimo gato de pelaje suave y porte elegante es manso, cariñoso y dulce; de esos gatos que te miran y parecen entenderlo todo. Se deja querer, disfruta los mimos y te sigue con esa calma serena que solo tienen los que ya han pasado demasiado tiempo esperando.

Óscar sueña con un hogar donde no tenga que buscar refugio cada noche, donde su bondad sea correspondida con amor y seguridad. Nosotras soñamos con verlo cumplirlo: ronroneando tranquilo, rodeado de cariño, sabiendo que, por fin, ha encontrado su lugar.